La ansiedad es una emoción completamente cotidiana y adaptativa para nuestra vida. Es la reacción que nuestro sistema nervioso crea ante un peligro o amenaza. La respuesta de ansiedad se manifiesta en el organismo humano en tres planos; en un conjunto de repuestas corporales (plano físico), alteración del pensamiento (plano mental) y cambios comportamentales (plano conductual) .
Estas reacciones de crisis de ansiedad/pánico son necesarias para la supervivencia del individuo, nos salvan de problemas y nos permiten afrontar dificultades. En condiciones normales, esta respuesta es adaptativa, es decir, nos permite reaccionar en situaciones en la que hay un riesgo para nosotros, y una vez este estado de peligro finaliza la ansiedad desaparece. El problema, consideramos en Bregma vigo, que surge cuando estas respuestas aparecen ante situaciones cotidianas, de manera frecuente y prolongada en el tiempo. En este caso nos encontramos ante un problema de ansiedad. Ante esta situación los bloqueos emocionales y los cambios en las respuestas corporales son tan frecuentes que impiden llevar una vida normal.
Como síntomas/trastornos de ansiedad es importante destacar como principales, los siguientes:
· Preocupación excesiva
. Sensación de inquietud
· Dificultad para tomas decisiones
· Pensamientos negativos
· Comportamiento evitativo
· Aceleración del pulso
· Dificultades respiratorias
· Sequedad de boca
· Mareos
· Dificultad para comunicarse.
Definimos las crisis de pánico como la aparición temporal de sensaciones de angustia muy intensa, acompañada de síntomas de ansiedad que se incian bruscamente y generalmente de manera inesperada. Los síntomas fisiológicos que acompañan un ataque de pánico son muy intensos y alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 minutos.
Algunos de estos síntomas son:
- Palpitaciones o elevación de la frecuencia cardíaca
- Sudoración
- Sacudidas o temblores en las extremidades
- Sensación de falta de aire
- Presión en el pecho o dolor torácico
- Inestabilidad, mareos o desmayos
- Hormigueo en pies y manos
- Miedo a perder el control
- Miedo a morirse de un ataque al corazón
- Escalofríos o sofocos
- Calor intenso
Estas crisis pueden aparecer de forma inesperada, repentinamente y sin saber por qué; por ello, podemos afirmar que tenemos un Trastorno de Pánico.
Vivir un ataque de pánico es una experiencia muy negativa por lo que es muy característico del Trastorno de Pánico que después de haber sufrido una o más crisis inesperadas, nos sintamos muy preocupados por si aparece un nuevo ataque; es muy común en estos casos evitar algunas actividades por miedo a la aparición del ataque.
La hipocondría se caracteriza por la preocupación y miedo por la posibilidad de padecer una enfermedad grave a partir de la interpretación personal de síntomas somáticos. La preocupación es desproporcionada, incapacitante y persiste a pesar de las exploraciones y explicaciones médicas apropiadas.
El miedo intenso a padecer determinada dolencia lleva a conductas de evitacion, (por ejemplo, de visitas a médicos) o por el contrario buscar compulsivamente información de médicos, otras pesonas o internet; lo que en ambos casos conduce a un aumento de la ansiedad y una incapacidad para calmarse. La preocupación provoca malestar significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.